8/8/14

“La Joyería Contemporánea y los espacios comunes con el Arte Contemporáneo”


Una de los problemas principales que encuentro en la Argentina respecto de la Joyería Contemporánea es la falta de discurso artístico transversal a la cultura latinoamericana y Argentina, por parte de los creadores usualmente preocupados por poner a circular sus obras en el mercado del arte a nivel internacional, sin muchas veces pensar en la obra.

 Muchos definen la obra por su materialidad o por su técnica y eso para mí no hace a la obra. Existe una vorágine, que se compara con el Arte Contemporáneo en general, de cambiar rumbos constantemente impulsados por nuevas técnicas de abordaje a lo constructivo olvidando el discurso artístico personal en pos de una nueva idea; pero como he comprobado en los treinta años de creación en diferentes rubros del arte, una idea no es un concepto.

La principal valoración como artista comienza por uno mismo, no por el otro; este solo refleja la mirada sobre la obra; detrás existe un mundo de idas y vueltas, aciertos y fracasos (muchos de los segundos que los primeros) que llevan a un artista a perdurar en el tiempo con una columna vertebral sólida de trabajo realizado.

 La búsqueda real empieza cuando uno posee una firma visible que comienza a mutar, sin esta columna flexible pero firme, uno solo camina los pasos de otros, sin concretar una relación empática con su propia obra.

Por eso no hago diferencia alguna entre la Joyería Contemporánea y otras Artes Contemporáneas. Todo lo que se aplica a este concepto tan difícil de responder y que solo se puede reflexionar, acontece en la joyería. Ésta puede ser conceptual, efímera, etc., solo hay que tomar estos elementos para generar una dialéctica entre la obra, el artista y el campo del arte contemporáneo.

Tenemos los mismos problemas en Argentina que otros artistas contemporáneos para generar espacios de muestra y educar a un público todavía virgen de este arte.

En la ciudad de La Plata, a pesar de su cercanía con C.A.B.A., o quizás por esto mismo, es muy difícil hacer transitar la obra por espacios municipales o provinciales, debido a la ignorancia o falta de interés que demuestran los curadores por esta manifestación del A. C., no obstante, y en mi experiencia, el público platense se acerca a estos eventos a pesar de su escepticismo.

Algo muy frecuente en esta cadena hierática es la mirada que tiene la provincia sobre la capital y esta sobre el resto del mundo. Existe una “personería quasi hereditaria” dentro de nosotros en la necesidad constante de la aprobación y el cabeceo afirmativo del afuera, y creo que esto sigue influyendo, como ya dije anteriormente, en que nos ocupemos más de re-crear que de ser únicos.

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